Comentario
La calidad de la miniatura anglosajona sobrevivirá a la invasión normanda, y los tradicionales talleres insulares conservarán una vitalidad tal que será a partir de su propia experiencia de donde surja, al contacto con obras importadas del continente, la renovación románica de la pintura inglesa.
Las miniaturas creadas en San Agustín de Canterbury durante el primer cuarto del XII responden todavía a un arte inercial, de tradición local, tal como podemos apreciar en las ilustraciones de los "Evangelios de la Pierpont Morgan". Lo mismo podríamos decir de la "Ciudad de Dios", conservada en la Biblioteca Laurenciana, que ha sido pintada con el típico dibujo de líneas coloreadas.
Entre 1121 y 1123 se pinta en San Albano un salterio, en la actualidad conservado en la iglesia de Saint-Godehard de Hildesheim, para una religiosa llamada Cristina. El conjunto de sus imágenes es considerable: cuarenta ilustraciones a toda página y más de doscientas once iniciales historiadas. Este amplio repertorio iconográfico es una síntesis de series anteriores, tanto insulares como continentales, que los dos talleres que han realizado la obra han sabido fundir en un salterio cuya configuración plástica responde ya a una estética románica. Sus figuras realizadas a gran tamaño muestran unas formas monumentales, conseguida su modelación mediante el empleo de luces y sombras.
El gran artista de la miniatura románica insular será el maestro Hugo, quien, en San Edmundo de Bury, ilustrará, a partir de 1135, una gran biblia que recibirá el nombre de su lugar de origen. Si por sus series icónicas se ha señalado una posible dependencia del grupo italiano de biblias gigantes, es evidente que el léxico ornamental denuncia una plena integración en la corriente miniaturesca tradicional inglesa. El maestro Hugo, formado en un ambiente pictórico italobizantino, dota a sus figuras de unas formas estilizadas, en las que las vestiduras se pegan a los cuerpos marcando unas esbeltas anatomías. La conocida "Biblia Lambeth" es obra de un discípulo, realizada en San Agustín de Canterbury a mediados del XII. Las alargadas figuras de la ilustración del árbol de Jessé son una buena prueba de la influencia del estilo de Hugo. Sus refinadas y esbeltas formas se hacen sentir en un número considerable de obras continentales.
En los años finales del XII se inicia en Winchester la composición de una Biblia que quedará sin concluir. Un folio conservado en la Pierpont Morgan representando escenas de la vida de Samuel y David en el recto y verso respectivamente parece que fue proyectado como frontispicio del "Libro de los Reyes" de esta "Biblia Winchester", aunque un cambio de plan evitó su inclusión. El autor de esta composición, conocido como Maestro de la "Hoja Morgan", introduce en el taller que compuso la biblia una ruptura con el arte continuista relacionado con el maestro Hugo y el autor de la "Biblia Lambeth", imponiendo un estilo clásico de un claro naturalismo expresivo muy influenciado por el arte bizantino. Se han relacionado con este pintor dos conjuntos murales: la capilla del Santo Sepulcro, en la catedral de Winchester, y la sala capitular del monasterio de Sigena (los restos conservados en el Museo de Arte de Cataluña).